El Pájaro Loco, un clásico está de vuelta
Cuando la más reciente aventura de El Pájaro Loco fuese anunciada hace ya algunos meses, muchos nos llenamos de dudas al no saber cómo es que Universal Pictures nos presentaría nuevamente a este personaje tan curioso, que además lleva varios años sin presencia ante las grandes masas. Esta película hecha para los complejos de cine era una gran oportunidad para re conquistar los corazones de quienes han olvidado a Woody, pero ¿lo habrán conseguido?
El Pájaro Loco nos presenta la historia de el simpático carpintero Woody, y su misión por detener a Lance Walters, un peligroso abogado que quiere poner fin a la vida silvestre al construir una casa sin importarle el entorno que le rodea. Como era de esperarse, el proyecto se posiciona muy fuerte en contra de la destrucción del medio ambiente e intenta transmitir un mensaje bastante positivo a sus espectadores, quienes por medio de “loquillo” se verán en una divertida aventura para hacer cambiar de parecer al viejo Lance.
El largometraje desaprovecha un montón de oportunidades al no presentarnos de manera adecuada a los personajes que estamos viendo en pantalla y a pesar de que los más “experimentados” podrán reconocerlos y hasta gozar de distintos guiños, quienes apenas se estén acercando a la franquicia terminarán un poco confundidos al no saber ni conocer las historias que están detrás de estos. Por otro lado, la trama en ciertos momentos se llega a tornar pesada y con algunos chistes tan inocentes que, podrían tornarse sin tanto sentido.
Eso sí, las interacciones entre personajes regularmente son adecuadas, llegando a transmitir las mismas sensaciones que esta caricatura nos ha venido dejando desde sus primeras emisiones, por allá de 1940, aunque no consigue sobrepasar la increíble labor que su creador, Walter Lantz nos brindaba en cada capítulo nuevo. Muy a manera distinta, el filme es un tanto menos amigable con el público y en ocasiones hasta pareciera que la personalidad alocada de Woody fue cambiada para agradar a un mercado distinto.
La mejor muestra de que la película de El Pájaro Loco no ha sido tan satisfactoria como muchos creímos, es el mercado brasileño, quien desde sus orígenes del personaje ha mostrado un gran fanatismo por el mismo (al estilo de México con Don Gato). Allá esta cinta fue estrenada durante el mes de octubre pasado y su recepción lamentablemente no alcanzó las expectativas que muchos esperaban al ver rodeado a loquillo de un cariño pocas veces visto.
Claro que no todo está tan mal, muchos de los chistes y momentos cómicos que observamos sí que logran esbozar una risa de nuestras bocas y lo más pequeños de la familia seguramente pasarán un gran rato viendo El Pájaro Loco, sin embargo su regreso se ha quedado bastante corto y lo más seguro es que – al menos con esta cinta – no logre posicionarse entre los peronajes favoritos de todos, como si pasó en los 90’s, por ejemplo.
En conclusión, El Pájaro Loco es un intento bastante regular por traer de vuelta a una leyenda del mundo animado por medio de una cinta que coloca distintos intereses, como el cuidado del medio ambiente, por delante de sus mismos propósitos y descuida un tanto el desarrollo de personajes para dar paso a situaciones genéricas. A pesar de que consigue hacernos reír por momentos, el largometraje deja de lado importantes características de loquillo para hacerlo amigable ante un nuevo público que quizá no tenga la más mínima intención de volver a ver una película suya.